Todos podemos hacer algo para que el mundo sea un hogar más limpio. Y a todos nos gusta que nuestros hogares estén limpios y ordenados.
Me dirijo, por ejemplo, a los que paseamos a nuestros perros. Yo llevo un tiempo, demasiado poco, recogiendo pequeños plásticos del suelo y de los jardines cuando saco a pasear a mi perro, y simplemente los echo al contenedor de plástico.
Si todos hacemos algo parecido, nos veremos con el derecho a recriminar quien ensucie nuestras calles. ¡Pero ojo!, una ciudad limpia, puede también ser muy sinónimo de una naturaleza estropeada. De hecho, el recoger las caquitas de nuestros perros con bolsas de plástico, sólo genera una basura centenaria, que no se habría generado de dejar que los excrementos se descompusieran naturalmente por sí solos en pocos días. Así qué hacezlo bien, reciclando, y con materiales reciclables, pero por favor, hagamos todos algo, aunque sea poco. Pensad si todos los perro-paseantes hicieramos algo así, ¿cómo podrían estar de limpios nuestros jardines o montes más cercanos?
Y todos aquellos a los que les gusta hacer senderismo... Si cada uno se llevase una bolsita, a poder ser de material distinto al plástico, y recogieran simplemente un par de botellas de plástico y cuatro latas de refresco que se encuentren por su camino, que seguro que se las van a encontrar, por desgracia, se los podrían meter en la bolsa, y esta en la mochila, y os aseguro que el peso es imperceptible para continuar la ruta comodamente. Y después simplemente se echa al contendor de plástico más cercano.
Son segundos para tí. y cientos de años para la naturaleza. ¿Qué te cuesta darle un poco después de todo lo que ella nos ha dado desde nuestros primeros tiempos? La Naturaleza es sabia, y sabrá devolvernos nuestros actos. De nosotros depende que estos sean los correctos.